(Noviembre 10, 1977)

Semilla de Pedro fui
en el corazón de María
a su estómago fui bajando
por nueve meses y un día.

Ay, que oscura gestación
en cuarto de enfermería
a oscuras por cinco meses
por la noche, y por el día.

Y las ostras con todo el hierro
ni mella hicieron en mi
sensiblera salí, claro,
como manzana sureña,
asadita en puro almíbar.

Chiquita me programaron
fundida de porquería.
Mantillas de franela
polainas de pura lana,
tacita de porcelana
forrada, yo parecía.

Que el guatero le hace mal,
mi Pito a Mita decía.
Si iba a la matinée
abrigo y gorro y bufanda
y un chal en las piernecitas
pues, la niña regalona,
a la vuelta se resfría.

A Ia cola de mamá
caminaba como un punto
«Coca y su Cola», reían
los miembros de la familia.

Cuando entraron a robar
tenía solo dos años.
Mi Mita tanto sentía
que los ladrones sacaran
su buena cuchillería,
sus joyitas y demases…
Y su frustración fue tanta
que nunca volvió a querer
ni granates, ni diamantes,
platino, ni filigranas.

Había yo comenzado
a ponerme bien gordita.
Mi Mita cambió la oferta
que papa años le hiciera
«No quiero pulsera, Pedro
yo quisiera una heladera. «

A punta de puro calcio,
causeos en la mañana
enfermona y debilucha
pasé mi primera infancia.
Papá volvía del campo
A fines de la semana,
oíamos la alegría
subir por los escalones.

Mientras se sacaba el poncho
nos contaba las noticias
de viñas y de limones. . .
y la yegua Regalona
ya estaba esperando cría.
Sacaba su instrumental
y nos contaba extracciones
ponía a esterilizar
alicates, bisturí,
tenacitas y pinzones.
Un diente incluido era
cosa de todos los días.
Ay, que manos adoradas
Mi Pito lindo movía
y aún ahora las quiero
-ya viejito amañosado-
sus manos olor a limpio
gutapercha y alcanfor,
cuna de mi ternura,
paño de mi dolor.

Cuatro manos me formaron
mi Mita aún las despliega
artista de los dibujos
que en los tejidos crea.
Y cuando para San pedro
delicias se preparaban
veía yo a mi mamá,
a mi Tita y mi papá
amasando las galletas
pelando los pajaritos
haciendo Ia torta
de nueces,
rellena de mermelada.
Damascos todos dorados
que horas y horas hervían
en una gran palangana
entre montañas de azúcar
que apenas se conseguía.
Qué manera de comer
pequeñas obritas de arte
que las manos de mamá
preparaban sin descanso
en la cocina-baluarte.

Pedro y María soy
he sido María y Pedro
y cuando alguien pregunta
que como es que sola soy.
se me viene a la cabeza
todo ese tiempo vacío,
once años esperando
que mis papás me encargaran
(Tarde pero no después)
Con mandas a todos los Santos
por fin llegué retrasada,
y de Lourdes dando fe.

No soy sola, no señor.
Yo cinco personas soy.
Mi madre y mi padre, obvio,
la mayor y la menor
Y también soy la del medio.

Y si contamos de veras
tambien yo valgo por cinco.
Dos hermanas, dos hermanos
que ahora en el cielo están.
Dos intentos abortados
antes de que me parieran.
Mi madre era negativa
y yo también lo soy.
Y fueron dos guaguas más
que tampoco nacerían,
después de mi nacimiento,
porque eran positivas,
como era mi papá.
En ese tiempo creían
en sangre de un tipo nomás.

Semilla de Pedro soy
Con el corazón de María