Como una flor que se perdió
en el libro de mi vida
de mi pecado se olvidó
por mi alma arrepentida.
Todo mal que se filtró
por rendijas de la envidia.
Por caminos del adiós
ya no va mi alma herida.
Cuando llegue mi perdón
en el juicio de mi vida
Dios me dirá si seguí
por la senda corregida.