Desierto

(Enero, 1978)

No hubo ni hojas,
ni verde,
en el desierto.
Templado y amarillo,
y oro,
en la alborada.
Callada camanchaca.
Eso, hubo.
Acaricie, contenta,
el cambio de los cerros.
Millones de guijarros
mostrándome el desierto.
Doblaron mis campanas.
Amor y soledad se hicieron compañía.
Manaron las ideas
regadas del desierto.
Y se imprimió, por siempre,
la letra entre mis venas.
Ya siento como salta
la pena
en mi garganta.
Volver hacia mi Norte…
El sol sobre los cerros.
Helada mano blanca
se asoma
en la mañana
Rodea y va calmando
la falta de mi verde.
Azules y rosadas
El cambio de las dunas
doblega y aniquila,
mi sur y mi pasado.

Volver hacia mi Norte…
que está ya en otra parte.

Ya siento como salta
(me falta ya el aliento)
mi Norte…
La alegría…
Aquella carcajada
que forja la sonrisa
naciente,
del desierto.
Millones de guijarros
esperan y contemplan,
aún, callados…