¡Refleja un estupor
esa mirada!
Me saco una vocal,
luego el sombrero,
en rápida secuencia,
retrocedo.
Agito transparencias
y señuelos.
Los tengo ya atrapados
en mis ruedos.
Repaso una expresión
marco un acento
y cuando al comenzar
la grabadora
enredo aquella cinta
con esmero,
alcanzo a divisar,
entre sonrisas,
cuando fracasa
ese rictus
del bostezo.
Otro día, otro mirar,
otro entusiasmo,
pasajera visita
mañanera.

Yo no lo sabo,
Io sepo
ni lo quiero.
Hamos sabido
lo me lo traigo
y «realizo»
que entre cuarenta ojos
me chequean
no menos rígidas
ni críticas maneras,
de «tú te hablas español?»
…mis estudiantes