La Latina

En un rincón
he estado,
calladita

No corresponde
salir a las miradas.

Esa dulce
educación
que me fue dada
tan conveniente,
tan prudente
y doblegada
ha funcionado
hasta ahora
exactamente
como por otra
cultura
fue planeada

Por ser latina
la mujer
no se revela
ya no respira…
no resucita…
se está durmiendo…
¿La competencia?
¡Señor!
¡Yo me persino!
eso, ¿por Dios!
solo está bien
cuando jugamos
a las visitas,
(muy vaporosas,
muy modocitas)
con nuestras primas
americanas.