(March 17, 1981)
Siento nuestras diferencias
y mi entraña se agita
anticipando el momento
en que fundidos
volaremos por el universo
en el acto de comunicación
que tanto ha confundido
a los teóricos.
En este vocabulario
que pronunciamos dentro,
“mio” y “tuyo” no existen
sólo “nuestro”.
Pasamos mostrando
yo tu cara y tú la mía
en este mundo idiota
de convencionalidades
y de imperfecciones
que creemos sagradas.
Eres yo y soy tú
son necedades
que suceden todos los días
pero que gramaticalmente
son imposibles.
Lo peor es no podemos decirlo
hasta que ya no seamos.
Ven y juguemos todavía un poquito.
Pretendamos que no lo entendemos
y hagamos felices a otros
porque “nuestro” no somos.