Término sin código

Es la anti-palabra deletreada
en un susurro interno.
Término aún sin código
símbolo significativo
que sube de la entraña,
o baja.

No tiene dirección permanente
y sin embargo anida
en la garganta muda,
en el estómago vacío,
en el músculo cansado
Nadie lo dice…
pero lo sobrevivimos.

Nadie lo conoce,
pero lo semantizamos
en la inconciencia.

¿Garabato sensiblero?
¿Vulgar sentimiento?
Tampoco.

Pero en la existencial vorágine
lo tenemos.
Lo creamos sin materia
y con materia
No lo inventamos.
No lo obtenemos como un «don».

La percepción elitizada
no lo capta.
El intelectual amaestrado
lo toca, a veces,
cuando se le cae la coraza
de filosofía alternativa.
«No podemos ser y no ser»
reza, memorizando
su lección bien aprendida.

¡Pero sí! el término amenaza
y amenazará siempre…

Es, se crea, se niega y se recrea
y todo…
en el mismo concepto de tiempo.

Extraigamos el metalenguaje
necesario…
Rompamos nuestro código.
Desnudemos uno nuevo.